Las maquinarias y los extremos en disputa fulminaron a Vargas Lleras

Haber formado parte del Gobierno Santos
también influyó - El Colombiano
Por: Miguel Cardoza Cadenas

Los «barones» electorales de las regiones no le respondieron a Germán Vargas Lleras. A simple vista esa es la primera interpretación de su derrota. El 7% de respaldo que mostraban las encuestas para su aspiración se cumplió. Así fue. El candidato del movimiento Mejor Vargas Lleras - Cambio Radical logró un millón 407 mil 840 votos en todo el país.

El más vivo ejemplo es el caribe. Los poderosos de la costa, los Char, parecen conservar su estatus en la región, pero fueron negligentes para encumbrar la campaña de Vargas Lleras o simplemente se unieron con Iván Duque, tal como trascendió semanas antes de la primera vuelta de las elecciones.

Lo otro, no menos cierto, es el daño que le hizo Gustavo Petro. Esos cuestionamientos a la política tradicional y las denuncias de algunos respaldos de personajes cuestionados al exvicepresidente hicieron que algunos votos migraran hacia la Colombia Humana, no porque les guste la izquierda radical, sino que por el hastío de los corruptos quizás creen que ahí está la opción idónea.

Los ejemplos más básicos son los departamentos de Atlántico y Córdoba. En el primero obtuvo 171 mil 968 votos y en el segundo 66 mil 728. A nivel seccional se ubicó en el tercer puesto, por debajo de Petro y Duque. Son números muy bajos comparados con la elección de Senado. Los procesos son distintos, pero sirven para analizar. En Atlántico Cambio Radical lideró los apoyos con 296 mil 148 votos y en Córdoba los sufragios por esta tolda política fueron 89 mil 867.

Ahora bien, Colombia no es sólo el Caribe, aunque la «maquinaria» le falló en todo el país. Hay otros factores. No sólo la falla de maquinaria, la aparente «traición» de algunos líderes departamentales, el experimento por una alternativa «distinta» de algunos votantes que no quieren creer en lo malévolo de la izquierda o la falta de carisma de Vargas Lleras, sellaron su pérdida.

También, el costo de la impopularidad del Presidente Juan Manuel Santos lo alcanzó. Intentó desligarse del Gobierno, exaltaba obras como acciones suyas o sólo de su entorno de gestión, aun así el electorado lo identifica plenamente como el vicepresidente que fue del santismo durante dos años, siete meses y 14 días. Y es que -sin juzgar al mandato santista- haber impulsado y logrado un Acuerdo de Paz con las Farc les costó la buena imagen al ahora Premio Nobel y ello impactó directamente a su gabinete, al igual colaboradores en general.

Un elemento que tampoco se debe ignorar es la supremacía de Álvaro Uribe en la derecha. Germán Vargas Lleras se erigió como la figura de la centroderecha, pero la polarización es tenaz. Ante el miedo porque se instale el populismo anacrónico que representa el radicalismo de Petro muchos prefirieron apostar -de una vez- por todo lo contrario al socialismo. Puedo sugerir que algunos sin mayores cuestionamientos a su figura prefirieron no arriesgarse. Seguramente fue un pensamiento cotidiano: el ejemplo y REALIDAD de lo que vive el vecino es dramáticamente contundente como para experimentos.



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