Guerrilla colombiana continúa utilizando el fronterizo estado Apure para delinquir
La permisividad del gobierno "bolivariano" e incluso la afinidad ideológica con las guerrillas les facilita a los insurgentes su actuar. Esto no es nuevo, sin embargo, hay un elemento fresco que revive la polémica sobre la utilización del territorio venezolano para delinquir por grupos extranjeros, pero también con miembros venezolanos.
El estado Apure, fronterizo con el departamento de Arauca, está sirviendo como zona de cautiverio por disidentes de las Farc. El Eln también opera libremente en la zona, pero las recientes actuaciones de los subversivos de la exguerrilla demuestran su intacta permanencia en el que históricamente ha sido su fortín territorial, sin que desde las autoridades locales se les haga frente.
Los hechos más recientes
El secuestro del ingeniero biomédico Luis Alfonso Lázaro Suárez demostró -una vez más- la alianza delincuencial binacional.
A la 1:30 minutos de la tarde del lunes 31 de diciembre de 2018, Lázaro Suárez se encontraba en su finca en la zona rural del municipio de Arauca. La tranquilidad fue interrumpida por varios sujetos armados que, en una camioneta blanca a una velocidad aproximada de 80 kilómetros por hora, llegaron al predio.
Los individuos portaban pistolas y al descender del carro preguntaron por su víctima, pero no lo conocían. Ante la duda, uno de los secuestradores, vestido de negro, increpó al profesional y lo conminó a que confirmara que él era a quién buscaban. Así fue. Al asegurarse que tenían el próximo cautivo en sus manos se identificaron como integrantes del décimo frente de las Farc. El ingeniero les preguntó si eran disidentes y ellos respondieron que "en realidad eso es lo mismo (Farc)" y que debía acompañarlos a una "entrevista" con un comandante.
El ingeniero debió buscar las llaves de su vehículo Hylux y entregárselas. En su carro se lo llevaron a la vereda Feliciano, luego a la vereda Cabuyare, para posteriormente ubicarse en una trocha en la finca Los Canay, muy cerca de Bocas del Arauca. Ahí estuvo 20 minutos. Para llegar al río tardaron dos horas y media porque la presencia de funcionarios del Batallón de Artillería del Ejército los obligó a tomar caminos rudimentarios para evitar ser interceptados.
Los guerrilleros le sugerían que estuviera calmado, porque no iba a pasar nada y le recordaban que la supuesta "entrevista" solo era con fines económicos e incluso le alentaban diciéndole que su carro lo habían llevado para que se devolviera a casa ese mismo día.
Cuando llegaron al afluente las cosas cambiaron. Abordaron una canoa, río arriba, hacia la población de El Amparo, municipio Páez del estado Apure. Al estar en la vecina y desprotegida zona, la "seguridad" del cautivo pasó a manos de otros, miembros de la guerrilla o parte activa de ella, ya que sirvieron de apoyo logístico para el secuestro.
Lázaro Suárez luego estuvo a cargo de los "nuevos" plagiarios, quienes afirmaron trabajar en conjunto con el Gobierno venezolano y por eso él no se atrevió a decir que estaba secuestrado cuando pasó -a las 7 de la noche- por un punto de control militar. Lo llevaron hasta el motel Morichalito, donde lo ingresaron como un huésped más, "en una buena habitación". Pero esa ficticia comodidad era opacada por el sometimiento, además lo esposaron.
Ya de madrugada, en las primeras horas del 2019, el alcohol tomó terreno y los encargados de vigilarlo perdieron la batalla con la embriaguez. A las 4 de la madrugada el ingeniero había quedado solo en la habitación. Se escuchaba el alboroto de la celebración de año nuevo y en simultáneo unos gritos que parecían ser una pelea. De repente, al fondo se escuchó: "Son los marinos, son los marinos", mientras se oía un agitado abrir y cerrar de puertas.
A los 20 minutos el silencio fue total. Lázaro se levantó de la cama, observó que la puerta de la habitación estaba sin seguro y salió hacia el portón de salida del recinto, el cual también estaba abierto, como típicamente ocurre por ser un pueblo con muy poca incidencia de hampa común. Al ver que estaba en la calle, sintió que regresaba a la libertad y corrió hacia donde estaban los militares de la Marina. Ahí quedó libre.
El gobierno venezolano dice que por un trabajo conjunto hubo un operativo para rescatarlo. Cierto o no la presencia de los uniformados llevó a los aparentes novatos secuestradores a huir y dejar sola a la víctima. Por como ocurrieron los hechos se presume que los responsables de mantener secuestrado al araucano son nuevos en las descritas prácticas e incluso es probable que no sean residentes de la ribereña población. La Cancillería venezolana en un comunicado dice que capturó a 7 personas de origen colombiano. No obstante, la víctima también afirma que quienes lo "recibieron" tras cruzar el río Arauca eran venezolanos.
Más allá de la discusión de forma, el hecho de fondo revela lo que desde hace mucho se denuncia: la utilización del territorio del fronterizo estado Apure para delinquir por grupos armados colombianos y la posible incorporación de venezolanos, reclutados por las guerrillas y bandas criminales de la frontera.
Otro hecho
El exsecretario de Infraestructura del departamento de Arauca, José Antonio Bermúdez, fue secuestrado en la finca Cantarrana, municipio de Tame, el pasado 7 de enero.
Hombres que se identificaron como disidentes de las Farc se lo llevaron varias horas, presuntamente a territorio venezolano.
Su esposa informó que en principio los sometieron a los dos, pero a ella la dejaron abandonada cerca a Arauquita, cerca a la frontera con la población de La Victoria, municipio Páez, en Venezuela.
Ella regresó a casa de su madre y notificó a las autoridades de lo sucedido. Horas después el también ingeniero fue dejado en libertad.
Habría sido llevado a Venezuela. Un día después fue liberado.
Twitter: @MiguelCardoza
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